Ya es Navidad y la tribu se toma sus merecidas vacaciones. La aldea Ptaysanwee respira silencio y el tiempo transcurre lento y frío. Desde lejos, los tipis con conos coloristas que se elevan orgullosos sobre el suelo blanco. De cerca, se puede sentir su calor interior, la viveza de la fogata, la conversación mortecina de sus habitantes, bajita para no romper el encanto del momento. Los mismos pájaros que se cobijan en el bosque cercano parecen no querer molestar y hablan en susurros.
Los últimos días han sido duros y el cansancio acumulado los han hecho más aún: actividades de evaluación, ensayos, decorados, nervios... Los pequeños indios han soportado todo.
Se han esforzado para que la aldea tenga una decoración navideña. Estrellas que circulan por el cielo transmitiendo buenos deseos (alguna que, ante la crisis, pone el Portal de Belén en venta) y adornos navideños muy indios. Originalidad y creatividad.